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Juan Carlos Bastidas y Gonzalo Meneses, La chatarra que se convierte en arte noviembre 22, 2010

Posted by carmenmvascones in Uncategorized.
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DIARIO EL TELEGRAFO

PORTADA / Cultura

Tomada de la edición impresa del 22 de noviembre del 2010

La chatarra que se convierte en arte

 

Los materiales que Juan Carlos Bastidas y Gonzalo Meneses emplean en su trabajo son considerados desechos. Los trabajos escultóricos de los dos artistas son piezas de chatarra convertidas en pequeñas figuras.     | foto: Fernando Sandoval

foto: Fernando Sandoval

Los materiales que Juan Carlos Bastidas y Gonzalo Meneses emplean en su trabajo son considerados desechos. Los trabajos escultóricos de los dos artistas son piezas de chatarra convertidas en pequeñas figuras.

Datos
Gonzalo Meneses expone en la sala Kingman de la Casa de la Cultura  en Quito (Patria y 6 de Diciembre) hasta diciembre.Juan Carlos Bastidas exhibe su obra en la Sala Goethe de la Asociación Humboldt (Polonia y Vancouver, esquina)  hasta este viernes. La muestra puede ser visitada desde las 10:00 hasta las 18:00.

El ingreso a ambas exposiciones es gratuito.

Dos artistas hurgan en la ciudad para hacer de la basura metálica poesía en forma de esculturas.

No es reciclaje el término que se utilizaría para manifestar este trabajo, sino más bien reutilización. Porque reciclaje es desintegrar el material para volverlo a usar, y eso no es lo que precisamente estos artistas hacen. Es observar un objeto aparentemente inservible, que está oxidándose o que está botado en alguna bodega y usarlo para la imaginación. En el caso de Gonzalo Meneses no son tuercas, ni tornillos como los que emplean los artesanos que exponen   los sábados en el Parque del Ejido, sino que son objetos de bronce o  metal muy extraños y seductores. Una campana que no suena, o una bisutería que nadie usa, se han convertido en túnicas o escudos de soldados.Juan Carlos Bastidas construye  figuras con  partes de un motor: un resorte para retratar a un bufón o un pistón para dar vida a un elefante. Es el arte de  aprovechar  basura para crear arte. Una doble interpretación que realizan Meneses y Bastidas, quienes exponen en dos salas de Quito. En evidencia queda el ingenio de elaborar objetos reconocibles que parecen juguetes sofisticados con partes que hubieran sido montañas de chatarra en un cementerio de desechos.

Esta escultura, que tiene varios seguidores en el mundo, se expone en el momento justo, cuando se habla de medio ambiente, y comprueba que se pueden dar  nuevos usos a la basura industrial.

Utiliza las partes de un motor para construir alguna figura, un resorte para retratar a un bufón…

Meneses comenta que desde pequeño observó en la chatarra a posibles juguetes. Guiado por el instinto,  arma  todo en piezas. Arcos, flechas y escudos de figuras mitológicas son pulidos con dedicación milimétrica y minuciosa suelda de punto. La pequeña volumetría de estas figuras se debe principalmente al interés de Meneses de que la gente deba acercarse y se meterse en la historia. Por ejemplo, la figura de La torera es elegante con su bastón y su sombrero, y mide menos de 15 centímetros. “Hay un primer elemento que define la temática, y luego recojo los demás  que lo conforman, pero nunca sé en qué terminará”, comenta Meneses y, a la vez, hace referencia a la improvisación y el juego, indispensables  para su trabajo escultórico.

Insertar una pieza con otra requiere de soldaduras delicadas  que sorprendentemente no aparecen en la obra de Meneses, porque lo impecable es trascendental para su obra. “Nunca transformo la obra más allá de lo posible, porque lo más importante es que la gente sepa que el objeto fue hecho con piezas originales. El tallado de un escudo en un arquero, por ejemplo es parte de una bisutería olvidada que en conjunto parece como si hubiese sido hecha para ser una escultura”. Los materiales como el acero se oxidan, mientras que otros con el fuego y la temperatura forman texturas que son únicas. “Estos óxidos son recursos estéticos, no utilizo químicos para que brillen, quiero que queden como las encontré”, comenta Meneses.

Por su parte, Bastidas intenta que cada escultura tenga el menor número de piezas posible. Pero también hay esculturas en las que parte de un boceto se construye  con fichas de metal. Es su momento de exploración que aún no concluye. “Para mí la chatarra y su transformación es el reflejo de nosotros. Son metales preciosos a los que los antiguos les decían alquimia. Creo firmemente en la capacidad que tenemos los humanos de rehacernos, de convertir el plomo en oro”, asevera Bastidas.

Una obra que llama la atención se titula  Foto familiar, donde ha construido un porta retratos con los integrantes de su familia, todos en metal. “Esta obra es un momento de transición en mi vida donde el frío metal en el cuadro se llena de imágenes alegres que intento plasmar. Mi mayor felicidad son mis hijos”, explica el autor.

Después de mirar atentamente estas piezas la primera pregunta que circula en la mente de los  espectadores es ¿de dónde provienen tantas piezas? Parecería que estos artistas pasan la mitad de su vida hurgando por   la ciudad con una mochila en sus espaldas buscando los objetos necesarios para sus creaciones.

Pero no es del todo así. Meneses las obtiene de amigos que le regalan las piezas porque saben de su oficio artístico, también de las cachinerías de la ciudad.

Bastidas, en cambio, fue técnico en mecánica industrial campoe en el que hizo muchos amigos que saben guardar “esos fierritos” que sobran para dárselos. Con las manos de estos creadores, lo inservible se vuelve arte inusual.