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carmen váscones por: Soy discìpula del caos y la divina muerte sin resurrecciòn en la escritura. agosto 22, 2016

Posted by rogerhollander in libros publicador por carmen váscones, Uncategorized.
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2012 marzo el mismo día. Casi nunca logro ese «aire leve» tan cerca de la imagen. Cuando me detengo me capturo por un instante. Casi que lo conseguí aquel momento. Disfrutar tomas de la cotidiana carmen apostando sólo a la vida sin jugar con la duda que tensa la pupila de la aprobación o desaprobaciòn. Pareciera vanidad. Pero no. Es una mirada sin acoso. De confianza. De enfrentar casi siempre.

No ser víctima del espejo es desnudarlo, dejarlo sin «la culpa de los perversos ojos»… así dice la canción. O el cuerpo del delito. Cada azogue es un mordisco al retrato de ese reflejo. Si lo haces prisionero eres su presa. Si te conviertes en su guardián su carcelero.

Al trastoque.

La belleza no ha sido campo de batalla para espantar la existencia del luego pienso que. Alejo al perseguidor narciso empobrecido en su sombra de agua. Ser es cosa de la nada y  su deleite de atrapar para reconfigurar eso de parecer un sujeto creador, si acaso sea ello un paso decidor que eliges sin saberlo de antemano. Que no perturbe el tiempo al espacio en el cuerpo y su lucha. Obligado a ser protagonista de tì mismo.

La imagen te desamolda a lo cómodo.

En casa los espejos en el baño. En la infancia eran tan grandes que parecían que tragaban… Me gusta lo desapercibido que anda con cautela. Lejos del pantano que te petrifica esculpo el vacio lentamente hasta agotar el día. No sólo es leer, escribir y pensar. La vida no sólo está dentro de ti. Mira afuera…

Inconforme labor esto de no perderte en el espejismo.

Soportarme y soportar y portar por tal motivo hacia un escrito, leer, hacer dibujito, del nexo, del conectar o reconectar el deseo imperativo de no ceder.

Ensayamos el ejercicio de vivir sin darnos cuenta como una plana, una cuenta…

Caligrafía impagable la letra de cada uno. No seamos moroso con uno.

Cuando perdí el primer libro escrito, pensé, «el original sólo para la muerte».

La vida es inédita.

Se edita lo mínimo por mes números de letras o libros publicados o esperando en la pantalla o en el borrador.

Apurarme para aparecer como escritora es un dilema. La vaga escritora no es eterna.

Escribo como una que no cuenta su lugar profano en la letra.
No soy consagrada en el impacto del efectivismo. No tengo réditos contables en este andar.

Igual estampo algo concerniente a…

Es un oficio sin penar en la página blanca o negra.

(Disgregar)

O de color como los niños pegoteando su obra fantástica en la pared, piso, mesa, cuadernos de los hermanos, y rebasa con su cuerpo manchado de pasión, va teñido de acuarela , va destilando papillas de charcos, embarrado hasta la coronilla, oliendo a popo, orine, incontrolado va corriendo a enseñar a los ocupados que muchas veces pasan metidos en el mundo de lo serio o del negocio, o de traer la plata, no alcanza, cuanto se gasta o muy ocupado en la tarea o saberes artificiales. Y se vuelve espanto o pesadilla ese instante a limpiar por lo que ha ensuciado el niño travieso y malcriado. Mira lo que has hecho.

La obra no adiestra ni amaestra   a la vida que no es nada diestra. También es siniestra.

Y la felicidad cuál es…

Sé feliz aconsejan.

El niño frunce su boquita. Se sienta todo limpio a esperar ser titireteado. A cortar con tijeras ese papel. Tampoco es roca de la pregunta y respuestas de los adultos.

La escritura no es inocente. Ni mojigata del autor.

Soy discípula del caos y la divina muerte sin resurrección en la escritura.

 

 

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